Moriré saboreando
los pequeños momentos.
Estaré contigo otra vez,
en penumbra y silencio.
Se revelarán tus formas,
te regalaré las mías.
No recordaré qué manos
inician la audaz travesía.
Pero sentiré tu tacto
y el salobre sabor...
Arderé de tibiezas,
de caricia y gemidos.
No sabré de tu vida,
dónde estás, dónde has ido.
Mas viviré de nuevo este
rato ¡tan feliz! compartido.
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