ni él
(despoblado cine,
bufanda y abrigos)
ni vos
(húmedo vestuario,
cuerpo insolente)
han de conocer jamás
la generosa transfusión erótica:
miradas (la suya, la tuya)
que dicen que tengo aún
¡con cinco décadas que abruman!
rostro y cuerpo apetecibles...
|