Aristófanes reiría sarcástico
al ver la inesperada ventaja
que gozan cada cuatro años
los culos anchos del siglo XXI.
Lejos de persecuciones milenarias,
sentados burguesamente en el sillón
frente a los televisores a todo color,
disfrutan de varios placeres en uno.
Además de habilidosas gambetas,
diestras tácticas y emocionantes goles,
el mundial de fútbol les proporciona
un grato catálogo de viril belleza.
Rostros europeos con barba de días,
sensuales y ágiles siluetas latinas
y espectaculares traseros africanos
despliegan sus encantos en la pantalla.
Todavía hay bastante heterosexual
que, como el griego, se mofa de nosotros.
Dice la canción: “¡que digan lo que quieran!”
Digo yo: no saben lo sabroso que se pierden...
|