La camiseta de tu equipo de fútbol,
el bermuda de jeans y las zapatillas
confirman obvia contemporaneidad.
Pero así como estás, en esta postura
de indolente apoyo de uno de tus pies
contra la pared, con el rostro mirando
la nada, con esa belleza que se ignora
a sí misma y es expuesta a los otros...
Así, así tal cual es cómo te hubiera sin
dudas pedido que quedaras largamente,
para pintarte, un artista del Renacimiento.
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