Alguien, con gusto exquisito,
Ha creado un adorno floral
En esta sala de espera, ahora vacía.
Son hermosos ejemplares de jardín casero
Aunados a una antigua y esbelta tetera:
Pétalos y hojas más fina porcelana.
Diseño divino y humano contrastan
Y a la vez hacen buenas migas,
En este consultorio de buenas gentes.
Alivian dolores y deterioros sus doctoras
Con femenina y grata, eficiente pericia.
Pero notable es que, entre pinzas y algodones,
Haya espacio para jazmines y santaritas.
Y también -tanto o más bello- amable, fértil
Conversación sobre paraísos arbolados.
Sentado en el sillón odontológico, mientras oigo
En la radio acordes de piano (¡también eso!)
Pienso en más de un pintor o poeta, que gustan
De inmortalizar instantes de plantas y palabras.
Enseguida me doy cuenta de algo:
Si pudieran verme, envidiarían mi suerte... |