Un poema vive su incubación,
Como los pollitos y las enfermedades.
Un poema además (ya lo he dicho
Con menos Syrah-Malbec en mi sangre)
Es una operación aritmética:
Suma digna de escuela primaria
Aun sin la ingenuidad de la infancia.
Finalmente un poema puede ser testamento,
El legado final de una vida inconclusa.
Sin necrofilias, enumeremos los sumandos:
1. Advertir que ha decidido uno, sin saber
Porqué, escribir como si fuera el último día.
2. Conservar intacta la capacidad de vivir
Como propia la angustia del otro que sufre.
3. Sentir nostalgia de los primeros poemas
(De bohemias noches de cafés y avenidas)
Así como otro la tiene por amores urgentes.
La lista podría ser infinita, pero se detiene
Ya, con la causa más poética de todas:
Ser hoy médico de la profesora de quien
Uno estuvo platónicamente enamorado... |