No hay caso. Ni el domingo se salva.
En estas andanadas de racha poética,
Si quiero dormir siesta o escuchar
Algo de música, o leer a los otros:
Estoy frito, enseguida pasa cualquier cosa.
Se dispara quién sabe qué resorte en la mollera
Y en la cama empiezo a revolverme.
De la música de cámara salto al erotismo,
Del documental televisivo a la metafísica,
De Cocteau quiero reescribir su libro blanco,
De los griegos del pasado me imagino
Comentarista en forma de versos estivales.
No hay caso: cada vez que sucede parece
Cosa ‘e Mandinga. Es más, si no fuera que
Estamos ya en épocas de luces y de ciencia
Creería que la gente medieval estaba cierta.
Igual, digamos la verdad, en esto no viene
A cuento aquello de Vade retro… ¡Ni por asomo
Quisiera yo privarme del daimon que me da letra!
Sólo le diría a Luzbel que fuera un poco más ecuánime.
Que diera tiempo al recupero, a dormir un rato al menos,
A ir un poco al cine o a pasear por mi avenida Corrientes.
Pero no hay caso. Cuando viene, sólo queda agarrar papel
Y lápiz… ¡y rienda suelta al alud, apretando bien los dientes!
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