“...cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando…”
JORGE MANRIQUE
(Coplas por la muerte de su padre)
Al viejo, a Chola y a Juan
Vuelvo al living de ajadas paredes.
El ruido del segundero sugiere permanencias,
Pero el sillón sin su sábana blanca tiene algo de esqueleto.
Está aquí la talla española que de Madrid vino hace más de un año:
“El compañero”, dijiste con el obsequio todavía envuelto, pues
Sabías que sería Sancho Panza, fiel ladero de tu Quijote amigo.
Leo tembloroso el relato del enfermero que bien supo cuidarte
En aquellos días: “Impresiona en fin de vida...”
Ayer te soñé papá, y te abrazaba yo intensamente.
Estabas mucho más joven y fuerte, y asumí que era
Un sueño de esos de fusión y de transposiciones, pues tenías
Allí edad similar a esta mía.
Sentado ahora donde tomabas café, en esquina que mira
A la plaza y sus altos árboles, repito tu gesto de la mano en el
Mentón al pensar y advierto que a tu partida le han seguido otras:
Se han ido la madre y el padre de amigos queridos de toda la vida.
Nos han dejado ya en inexorable primera línea y comenzamos a
Pensar, inevitablemente, en que a cada uno de nosotros su hora toca.
Resta, sí, ese extraño consuelo al que los humanos recurrimos
Desde que tales somos quizá, pero que instituyó, definitivo
Y luminoso, el Nazareno en el cual creías: nos queda la ilusión
De que algún día, para vivir otra vez el amor, nos reencontraremos...
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